Hace tiempo que se dio cuenta que perdió la felicidad.Su vida cambio en un abrir y cerrar de ojos,una nueva responsabilidad,una mayor responsabilidad mejor dicho,un matrimonio roto,un hijo de trece años que casi no ve.Desde que la heredera de la compañía la nombró jefa de división ya no se reconoce asimisma,su rostro esta ajado y seco,toma pastillas para dormir y vitaminas para rendir,por no decir que fuma como una maniática,ella amante del deporte y la vida sana.La heredera le ha quitado la vida,se encuentra agotada,ella nota día tras día que no está hecha para esto,se arrepiente de haberse divorciado sin causa aparente.Alguien le metió en la cabeza que debía comportarse como un hombre,vestir como un hombre,tan sólo le faltaba la corbata de sus compañeros.Su jefa dirige la compañía a través de sus consejeras,la ve cada treinta días y se nota que su piel no sufre la agonía de tomar decisiones que no puedes ni sabes.
Esta pequeña historia puede ser el retrato de muchas situaciones que pueden estar pasando en la vida diaria.La mujer se ve abocada en contra de sus principios vitales y bioquímica a tener una vida que en realidad no quiere.Una vida en la que una mujer renuncia a su propia esencia,en la que trabaja según roles masculinos:ambición,
agresividad,reuniones interminables que no dejan espacio para la vida familiar.La mujer quiere otra vida,trabajar sí,pero no como un hombre.Todo por unas ideólogas de género misándricas,resentidas con el pasado y que piensan que pasarán a la historia por haber cambiado el mundo.
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