lunes, 5 de julio de 2010

Cleptocracia y sociedad civil 1

Cogió el chuletero refrigerado y le dio dos buenos tajos con el hacha,lleva haciendo esta labor más de cincuenta años.Su padre le encomendó a que probase,que aprendiese el oficio y así lo metió en la carnicería.Su padre -al igual que él-se daba cuenta que los libros no eran cosa de su familia.Su hijo era como él:impaciente y loco por el dinero rápido para invitar a las chicas.El hombre levantó la vista para envolver la carne y se encontró el mostrador concurrido,entre ellos al alcalde de la ciudad.Sin darse cuenta se dirigió a él,este desprecio no causó desazón ni incomodidad en los demás,estaban todos hechos de la misma pasta.El alcalde intentó parecer cercano y sencillo ante todos,el político se encuentra en una continua obra de teatro,esta a merced de los demás,deja de ser el mismo o lo sigue siendo.Al rato aparecieron dos "lameculos" mas,los dos ya camino de la vejez.Los más jóvenes no conocen al alcalde ,ni les interesa,ellos no entienden de caciques.El político cuando se acercan las elecciones sabe lo que tiene que hacer con la sociedad ignorante,la injusticia de la democracia es que el voto de un ilustrado equivale al de un cateto.El político se pasea por la calle principal y saluda al ciudadano este le corresponde complacido de que personaje tan conspicuo le dedique su tiempo.Se adulan mutuamente,el político se lo sabe llevar a su terreno:"nuestros abuelos eran buenos amigos".El engañado lo cuenta en casa satisfecho, ya tiene claro su voto:"este... es muy buena persona".El político de este país es un vendedor de crecepelo en un país de "calvos sin esperanzas".

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